29 de noviembre de 2007

La mano


La mano

La mano que me asía,
me soltó de repente.
Y con rapidez caía,
hasta el fondo de la pendiente.
Ni sollozar podía,
con el sol, en la frente.
Que me enceguecía,
y aturdía mi mente.

Pensaba, en si lo merecía,
Mientras me deslizaba,
rápidamente.
Y me preguntaba,
valientemente,
si moriría,
tan tristemente.

Todo volvía, a donde pertenecía.
De nuevo, mi soledad me envolvía.
Mi alma sufría, cruelmente,
mientras extendía mi mano,
hacia el sol caliente.
Soñaba, en que me salvaran.
Rogando, porque fuera,
solo un juego de mi mente.
Y despertara, con una mano,
aferrada a la mía, fuertemente.


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