30 de noviembre de 2007

El cielo canta


El cielo canta

El cielo canta conmigo,
su color azul lo cubre todo.
Es su brillo maravilloso,
y mi corazón se llena de gozo.

En los árboles,
hay pájaros con nidos.
Las mariposas crean
un ambiente de fiesta
con sus notas de color.
En vuelos leves,
bailan y liban
en cada flor.

El aire bajó música del cielo,
con su cantar susurrante
y en caricias leves,
con todos comparte.
Bailan las corolas de las flores
a su compás.

El calor del sol
es tierno y amable.
A mis pálidas mejillas
le ha puesto rubor.

El cielo canta
y su color azul me abraza.
La naturaleza
me ha envuelto,
en un arrullo de amor.

El cielo canta conmigo,
mi soledad se olvidó.

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Brisa


Brisa

Brisa juguetona y mañanera,
que con suavidad, mueves
las flores y las hojas.

En tus juegos con el sol,
las gotas de rocío
cuelgan de las flores,
como bailando un lento son.

Los capullos se tocan,
intercambiando
un tierno beso de amor.
En un ambiente
perfumado por la naturaleza,
que Dios nos regaló.

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29 de noviembre de 2007

Olvidarte

No me preguntes viento



No me preguntes viento

No me preguntes viento,
lo que yo siento; que no lo entiendo.
Solo puedo decirte que me esta doliendo.
Cuando cae la noche y no lo tengo.

Sabiendo que no me ama,
yo lo sigo haciendo.
Te digo viento, no lo sé,
ni yo lo entiendo.

No me preguntes, el porqué de su ida
dejando mi vida a la deriva
y mi alma confundida.
Quiero que mi alma libre,
pueda volar contigo viento.
Darle la cara a la vida,
dejando atrás todo sufrimiento.

No me preguntes, que no sé.
Ni lo que te vengo diciendo...

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Dime río



Dime río

Dime río...
¿Cómo le haces para llegar al mar?
Son tus corrientes, como mi vida,
revueltas, enloquecidas.
Dímelo río,
que yo también, quiero llegar.
Déjame en tu rivera andar,
pero líbrame de tu torrente.
En mi alma llevo uno propio,
que no puedo controlar.

Es como tú de revuelto,
pero sin el cauce
que te permite avanzar.
Gira como un viento loco,
que me atrapa, me confunde,
pierdo el norte, no encuentro el sur.
Me encuentro perdida,
bajo este cielo azul
y con mis ganas de llegar.

Dime río...
¿De dónde, tomas la fuerza para llegar?
A veces, esta distancia cansa,
y quisiera dormir nomás.
Pero necesito llegar, río,
necesito llegar al mar.
Dame de tus aguas la frescura
y tu fuerza para avanzar.
Que tú tierna orilla,
sembrada de primavera,
me indique el camino para llegar.

Yo te lo compensaré,
poniendo sobre tu cauce,
las flores que no puedas alcanzar.
Dime río, ¿lo harás?

A cambio, puedo decirte
el motivo que me impulsa
para llegar.
Pero no se lo digas al viento.
Ese es mi secreto, río.
No quiero, que lo sepa nadie más.
Te digo río
que, sobre sus olas,
quiero dejar mi soledad.

Quiero que me abrace.
Y que, con caracolas
y susurros de viento,
me invite a bailar.

Te lo he dicho río.
¿Dime?, ¿me ayudarás?


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¡Oh! río



¡Oh! río

¡Oh! río de mi vida.
¡Cómo mi alma agitas!
son tus corrientes benditas,
envolventes, destructivas.
Van lentamente, acabando
con mis ganas de estar viva.

Traicioneras, conflictivas,
me dejan, me ilusionan.
Y de repente,
su torrente de nuevo me atrapa,
me arrebata,
me hunde, me mata.
¡Oh! río, de tu frescura
no me toca nada.
De tus frescas riveras.
De tu sol de primavera.
De tus bellos paisajes,
y de las ilusiones,
que repartes sobre la tierra.

¡Oh! río, dime lo que me falta.
Para ganar tu rivera,
para que alguien me quiera.
Que pueda dejar tu torrente,
que me arrastra y desbarata.

Quiero encontrar la paz
sobre tus aguas mansas.
Dime, río de mi vida,
¿Qué es, lo que me falta?

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La mano


La mano

La mano que me asía,
me soltó de repente.
Y con rapidez caía,
hasta el fondo de la pendiente.
Ni sollozar podía,
con el sol, en la frente.
Que me enceguecía,
y aturdía mi mente.

Pensaba, en si lo merecía,
Mientras me deslizaba,
rápidamente.
Y me preguntaba,
valientemente,
si moriría,
tan tristemente.

Todo volvía, a donde pertenecía.
De nuevo, mi soledad me envolvía.
Mi alma sufría, cruelmente,
mientras extendía mi mano,
hacia el sol caliente.
Soñaba, en que me salvaran.
Rogando, porque fuera,
solo un juego de mi mente.
Y despertara, con una mano,
aferrada a la mía, fuertemente.


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24 de noviembre de 2007

Ausencia con ecos de silencio




Ausencia, con ecos de silencio

Es la distancia, donde te me pierdes,
cuando te busca, con ansias por ti,
mi pensamiento.

Es tu recuerdo que me trae
en brisas frescas el viento,
convertido en ecos de ausencia
llenos de silencio.

Y en la distancia, aguardo por ti.
Esperando que llegues a mi vida,
como llega el azul del cielo.
La sombra y la luz,
combinada en la floresta.
La brisa que me besa.

Y convierto en ilusión
la desesperanza,
al pensar en un día,
romper la distancia.

Soñando con encuentros,
con tu mirada,
con tus labios en un beso.
Con tus manos,
para tomarlas como pájaros sin nido,
y acunarlas con dulzura,
aquí, en mi pecho.
Es cuando la distancia no me duele,
pues se transforma en sueños,
y el azul del cielo, se vuelve más cierto,
y es la brisa, como tus besos.

Y es tu mirada, el ancho horizonte,
donde descansan mis ojos
y te acarician en silencio.
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Bajo el cielo mayorquín

Bajo el cielo Mallorquín


Azul adivino tu cielo,
azul sin par.
Azul oscuro, las aguas de tu mar.
Dios mismo, las quiso pintar
del color de mis anhelos.
El lugar donde tú, estás.


Tus calles Mallorca,
lo ven pasar.
Como te envidio reina,
perla prendida,
como broche en el mar.

Luna que descansas
sobre la noche mallorquina.
Vístete de gala,
derrocha serpentinas.
Llama su atención.
Que el reflejo de su mirada,
aliente, mi pobre corazón.

Bajo el cielo Mallorquín,
elegiste vivir,
te abrazará orgulloso,
cuando llegue tu hora de morir.

Rudo hombre de mar,
el que yo, elegí amar.


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1 de noviembre de 2007

Seré



Seré

Seré como el viento,
sin límites ni ataduras.
Puede cantar,
aunque no tenga garganta,
ni se entiendan sus palabras.
Libre, vuela y danza.

Seré como la rosa,
viva y perfumada.
Aun rodeada de espinas,
que forman parte de su ser.
A pesar de todo,
puede resplandecer.

Seré como el mar,
con aguas tranquilas,
pero que también,
pueden arrasar.

Recobraré mis playas,
y mi derecho de estar.
Y seré de nuevo,
como su espuma
que puede volar.
Y en el horizonte,
el cielo alcanzar.
Seré como la tierra,
donde golpea la tormenta,
la lava y desbarata.
Pero cuando vuelve la calma,
de nuevo da soporte al pie.

De nuevo forma caminos,
se le ve reverdecer.
Y florecen las plantas,
las aves cantan.
En ella, todo vuelve a nacer.

Y no seré lamento;
aunque no pueda dejar
mi melancolía.
Seré canto de viento.
Seré perfume de rosas,
aun con mi sangre
en las espinas.

Seré mar inmenso,
con playas seguras
para llegar,
donde él y la arena,
se puedan amar.

Seré tierra,
donde la primavera
pueda llegar,
cuando el sol
la venga a calentar.

Y seré yo,
disfrutando estar.
Abrazaré mis sueños,
volveré a empezar.


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No vuelvas





No vuelvas

Alma mía,
hoy estás contenta
como una chicuela.
Me parece,
que con cada risa,
más alto vuelas.

Vas marcando distancias,
entre las penas que dejas.
Agarra rumbo,
¡conquista una estrella!
¡No vuelvas!
Déjale a la distancia la tarea,
de romper las cadenas,
y vuela, vuela,
¡juega con las estrellas!
Un dulce arrullo
que deje, doradas estelas,
hará dormir tus sueños,
sobre nubes arreboladas.

Enhila las nubes
con hilos de plata,
con finos encajes,
forma una catarata.
Haz de una estrella tu casa,
una que nada desbarata.
Crea un jardín con tus sueños,
ahí, donde nada los ata.
Cuando te importune
algún mal sueño,
solo piensa,
que ahí, no tendrás dueño.
Para ti será, el verde mar
y el azul cielo.
Vuela, vuela alma mía,
deja aquí el frío hielo.
¡Ríe, ríe!
Y grita: ¡Vuelo, vuelo!
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